Federico Todeschini vive en Rosario y trabaja en su propia empresa de publicidad que se llama Cranium, desde la cual desarrollan marcas, las posicionan en los medios, diseñan campañas de comunicación, entre otras actividades. Sigue ligado a su Club, el Atlético del Rosario, y está entre sus planes continuar entrenando en la Primera.
Se puede decir mucho de él como jugador destacado del rugby argentino: gran pateador, ex Puma,que formó parte de equipos de Europa durante diez temporadas… Pero, además, es un formador con una visión integral del rugby y, lo mejor de todo, es que está dispuesto a compartirla. El Ninja continúa aportando al deporte al brindar su conocimiento, experiencia y técnica a chicos que están en plena formación.
Desde marzo de este año, el ex Puma capacita a los Cadetes y los Juveniles de Marista focalizando en el desarrollo de las destrezas individuales, en el disfrute y en el fortalecimiento de lo físico y psicológico. El Ninja nos visita una vez por mes para dar Clínicas a los chicos de nuestro Club: “Cada vez que vengo veo un crecimiento interesante, así que indudablemente la pasan bien, porque si uno no se divierte después el concepto no queda”, asegura. Para conocer más el trabajo que se está realizando, dialogamos con él, a continuación, la entrevista.
¿Cómo hiciste el contacto con el Club?
Mi contacto con Marista comienza hace dos años. Federico González, un ex compañero Los Pumitas, me consultó si podía venir a su Club para dar una Clínica de Patadas, y coincidió que justo jugaba en Los Pumas por el Championship. Al siguiente año volví, y fui entablando relación con los dirigentes, que son gente muy amena que me hace sentir muy cómodo. Este año me propusieron hacer esta capacitación para los entrenadores de rugby juvenil y cadetes, y la formación de los jugadores, ya que es la edad más importante en el aprendizaje del rugby. Los chicos a esta edad son esponjas, captan rapidísimo los conceptos y se van desarrollando a gran velocidad.
¿En qué te focalizás para formar a los jugadores?
Estamos apuntalando en el rugby cadete y juvenil a mejorar las destrezas individuales de los jugadores. Queremos darles todas las herramientas para que puedan crecer y que lleguen mejor formados al Plantel Superior para ahí sí hablar de sistemas de juegos y que a los entrenadores se les haga más fácil conducir a los jugadores: que puedan hablar de estrategia y que no tengan que retroceder al tema de las destrezas.
Entonces, es una edad clave para profundizar en las destrezas individuales, ¿por qué?
En la escuela de rugby los niños están creciendo y vienen a jugar, a divertirse y no todo pasa por las reglas de rugby y se toma como un juego: aprender a correr, aprender a caerse… Ya entrando en zona cadetes finaliza esa etapa y en rugby juvenil comienza la preparación para lo que viene después que es el rugby de Plantel Superior. Entonces, hay tomar esta etapa como una etapa de aprendizaje, no querer formar equipos o que el logro del triunfo sea el único objetivo. Si se da por circunstancias, bienvenido sea, pero acá lo que hay que hacer es seguir formando a los chicos, darles todas las herramientas posibles para que sean grandes jugadores en el futuro y que ahora se diviertan.
¿Cuáles son las características que tiene que tener un pateador y dónde ponés énfasis para desarrollarlas en los chicos?
El tema de los pateadores tiene dos facetas: una que es la mecánica y la otra que es la parte mental. Las dos requieren de mucho tiempo de trabajo. La mecánica es la más fácil de perfeccionar, y la mental se tiene que trabajar, y mucho. No es lo mismo patear en una práctica sin público y sin presión, que patear en un partido con público, con presión, con las pulsaciones altas, después de haber tenido jugadas de contacto… Son todas cosas que se trabajan en el tiempo y siempre dan resultado.
¿Conocés el trabajo del Equipo Salud y Deporte, de Marista?
Sí. Tuvimos charlas con ellos, intercambiamos opiniones y me parece que es muy bueno lo que está haciendo el Club al darles ese soporte a los chicos. Es importante, porque uno llega al entrenamiento y ve sólo la parte motriz, pero también hay que saber cómo están los chicos: si tienen problemas familiares, si en la escuela están bien. Son todos factores que hacen que el jugador pueda rendir el máximo de su potencial.
¿Cómo ves a los jugadores de cadetes y juveniles de Marista?
Los veo muy bien. Los veo entusiasmados y que se divierten, que es lo más importante. Esto es un juego y hay que venir a jugar, y ellos lo toman como tal. Además, quedé sorprendido el nivel de destreza que tienen, es muy bueno. Cuando veo que van mejorando me siento lleno, porque veo que los chicos disfrutan de lo que están haciendo.
¿Qué importancia tiene el rugby en el desarrollo personal y deportivo?
La verdad que el rugby, a diferencia de otros deportes, es de equipo, de conjunto, de contacto y de sacrificio, requiere de muchas horas de entrenamiento y es un deporte que tiene muchos valores. Todo el sacrificio, el compañerismo y las herramientas que se van aprendiendo te van formando como persona y sirven para la vida. Y en eso se hace hincapié en las capacitaciones: más allá de que sean buenos deportistas, queremos que sean buenas personas, eso les queda para toda la vida.